Padres que dudan en vacunar a sus hijos

La inmunización en tiempos de la globalización

Los avances de la ciencia, viejas enfermedades que resurgen, desconfianza en el mercado de consumo, información de fuentes poco confiables…

¿Cómo plantear este tema para poder decidir con seguridad? 

Viruela, poliomielitis, difteria… Enfermedades que fueron un problema para la sociedad hasta hace pocos años, hoy no parecen tan graves. Los avances de la ciencia, el descubrimiento de vacunas altamente efectivas y su aplicación masiva llevaron, en muchos casos a la erradicación de enfermedades. Sin embargo hoy surge una nueva tendencia en muchos padres, la de no vacunar a sus hijos.

Entrevistamos a la Dra. Mercedes Bellomo, del Depto. de Pediatría, con quien indagamos acerca de posibles razones, falsas creencias y casos actuales donde este tema sale a debate en la sociedad. Una propuesta para poner este tópico sobre la mesa y favorecer el diálogo en casa, con el equipo de salud.

El valor social de las vacunas en tiempos de globalización

Como sociedad que vivimos en comunidad, las vacunas representan uno de los diez logros de salud pública que también son un acto de solidaridad: “Yo me vacuno por mí y por mi familia, mis compañeros de la escuela… Uno puede darse el lujo de no vacunar en un contexto donde la inmunidad está garantizada por el resto de la sociedad y además no atravesamos ninguna epidemia”, explica. ¿Pero qué sucede en tiempos de la globalización?

  • Brotes de sarampión y difteria, dos casos recientes. Estos supuestos tambalean en el siglo XXI, por ejemplo como sucedió en 2014 en Disney, un parque donde convive a diario gente de muchísimos países. Allí se generó un brote de sarampión, enfermedad casi erradicada en Estados Unidos. Algo similar sucedió en Cataluña, donde un niño que no tenía vacunas por decisión de sus padres contrajo difteria, una grave enfermedad que no se registraba desde 1987 en España. Se debió acudir a otros países para conseguir la antitoxina necesaria para el tratamiento.
  • Nuevos comportamientos, ¿nuevos riesgos? Por diversas razones, hoy algunos padres elijen tener a sus hijos fuera de las instituciones hospitalarias, (parto domiciliario), otros optan por una educación alternativa o deciden no vacunarlos cuando nacen. En lo que respecta al valor comunitario de las vacunas podemos pensar qué sucede cuando se reúnen grupos de chicos sin vacunar en la escuela: “allí se rompe el contexto de inmunidad que da la sociedad y están más expuestos, como sucedió en España”, destaca.

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EL DESAFÍO: ENCONTRAR INFORMACIÓN ACTUALIZADA

En la Web circula gran cantidad de información, muchas veces desactualizada o con argumentos ya contrastados científicamente, que pueden confundir o atemorizar. Destacamos tópicos que pueden ayudar a plantear el tema con el pediatra o despejar dudas.

1. Autoinmunidad y efectos adversos.

Este es un argumento muy escuchado que quizás parte de una creencia errónea, pensar que la medicina es 100% infalible: “Siempre nos exponemos a posibles efectos adversos, tanto al aplicarnos vacunas como al realizarnos estudios diagnósticos, incluso al tomar cualquier remedio. Si hay una acción que como pediatras sabemos que sirve es vacunar, la mayoría de las cosas es esperar y se curan solas”, resume la Dra. Bellomo.

Las vacunas son uno de los avances científicos con mayor relación costo-beneficio para la población.

2. La carga antigénica, ¿tantas vacunas pueden hacer mal? 

Esto es algo más técnico, significa la cantidad de cuerpos extraños que recibe el organismo y permite generar los anticuerpos. “la ciencia avanza y las vacunas también. Este argumento es falso ya que la carga de antígenos de las vacunas actuales es muchísimo menor a las del pasado. Por ejemplo, vacunas que contaban con tres mil antígenos hoy tienen apenas 150 y además protegen contra más cantidad de enfermedades. Son más eficaces y con menos antígenos proteicos”.

3. Autismo y trastornos de desarrollo.

Hay múltiples teorías sobre el aumento de la incidencia en la población (por ejemplo, hoy los médicos están más entrenados en detectar estos casos). “Pero estudios científicos demostraron que no están relacionados con las vacunas”.

4. La desconfianza tiene un por qué.

“Hay que reconocer que los laboratorios han promocionado vacunas que estaban fuera de calendario con precios altos y argumentos publicitarios que buscaban atemorizar a los padres o mostrar a gente famosa. Esto pudo producir desconfianza o rechazo”, explica. En contraparte, el Estado fue incorporando nuevas vacunas al calendario oficial (neumococo, rotavirus, etc.), buscando garantizar el acceso y facilitar que estas enfermedades disminuyan, especialmente en sectores más vulnerables y con menor acceso a la salud.

Para saber más. Invitamos a llevar sus dudas o inquietudes sobre el tema a la próxima consulta con su médico de confianza.