El Asma

Este padecimiento crónico y de frecuente presentación, es motivo de preocupación para la medicina, ya que la única posibilidad de tratamiento es la de inhibir las respuesta “exageradas” del individuo (inflamación, broncoespasmo, hipersecreción bronquial), ante los diferentes estímulos disparadores de la crisis.Si bien el tratamiento alopático controla los accesos, no tiene un sentido curativo. La homeopatía actúa en otro plano, modificando la susceptibilidad del individuo ante los factores que provocan las crisis. Esto es poniendo en marcha los mecanismos intrínsecos de la curación, desde adentro hacia fuera, desde lo más profundo del ser hacia lo más superficial.

La evolución del caso comprende el seguimiento de la mejoría interior del paciente. Para que el lector en tienda la orientación del tratamiento debe saber que antes que aparezcan los síntomas respiratorios hay un desequilibrio anterior más profundo, y es allí hacia donde el médico homeópata dirige su mirada. Si usted sufre de asma y es un futuro paciente homeopático, sepa que la transición entre su tratamiento actual y el homeopático, es gradual, no se quitan los medicamentos en forma súbita, sino que se hace a medida que se observen cambios positivos.

Al tomar la historia clínica, el homeópata tiene en cuenta no solo aquellos datos que surgen del examen físico, sino además todos los antecedentes personales y familiares, incluyendo síntomas que haya presentado, por ejemplo, la madre durante el embarazo. En fin todo aquello que defina las características particulares de ese niño en cuanto a su carácter y a su manera de comportarse y de ser, que son datos fundamentales que individualizan al niño y a su historia de la de los demás.

Esto sintetiza una de las principales características de la homeopatía la de ser una medicina individual, o sea que profundiza en el estudio del niño como un ser en particular.

El niño, paciente ideal, llega a la consulta traído por sus padres por diferentes motivos.

Ya han intentado inicialmente múltiples tratamientos convencionales sin lograr una respuesta satisfactoria, otros consultan porque sus padres son o han sido pacientes homeopáticos y desean para sus hijos la misma forma terapéutica.Es asombroso ver la rápida respuesta que el niño manifiesta con el tratamiento homeopático. Esto se debe en parte a la pureza de sus síntomas, pero también a su potencial de energía que les permite revertir cuadros con cierta facilidad.

Para la medicina convencional, el niño se ha enfermado cuando padece de síntomas orgánicos, sin embargo, si bien el pediatra reconoce que algo ha pasado con la vida del niño y lo ha llevado a enfermarse, el homeópata dirá que el niño ya está enfermo desde que expreso una alteración en su carácter. La homeopatía cubre un amplio espectro de posibilidades, desde el tratamiento del niño sano donde el medicamento homeopático actúa en la constitución del niño, reforzando sus defensas para evitar que se enferme, como así también cuando hay síntomas funcionales como por ejemplo dolores varios, diarreas, eczemas, otitis a repetición, hasta cuadros más graves como convulsiones.

Esta variedad de situaciones, permite a la homeopatía actuar en forma precoz, previniendo la instalación de síntomas más complejos y permitiendo actuar en etapas más tempranas.

Dr. Vargas Eduardo Vicente
MN: 60919 – MP: 48939
Clínica médica – Sexología y medicina
del deporte. Tel: 4768-2990/2188